lunes, 28 de diciembre de 2015

El Buen Vivir

El Buen Vivir


Cuando hablo del Buen Vivir no lo hago en el sentido hedonista practicado en distintos momentos de la historia a partir de las ideas del griego Arístipe de Cirene, quien planteó: El propósito de la vida es disfrutar del placer más intenso y sin que importe el futuro. 

El hedonismo es una doctrina que proclama que el placer es el fin supremo de la vida.

Las personas siempre hemos buscado ser felices, sería de tontos venir al mundo para ser desdichados.

Aristóteles reflexionaba que es parte de la naturaleza de las personas buscar la felicidad y la identificó como la Buena Vida, enseñaba que se logra la felicidad cuando se consigue la realización personal mediante los actos virtuosos, y que los vicios son los actos que al ejecutarlos no nos producen felicidad.

En la Declaración de Derechos del pueblo de Virginia, de los Estados Unidos, del 12 de Junio de 1776, se establece como derechos inherentes de las personas “el gozo de la vida y la libertad… y la búsqueda y obtención de la felicidad y la seguridad”.

Es importante que las personas estudien las profesiones que les permitan ser eficientes en su trabajo, el desarrollo tecnológico es importante para lograr el Buen Vivir, y es fundamental para superar las causas ineludibles que nos podrían llevar a la extinción.

La única manera para alcanzar el Buen Vivir es trabajar en dos campos que son complementarios:

Uno, la vida correcta en sociedad bajo la tesis del ex presidente mejicano Benito Juárez: “Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Dos, la correcta vida individual en el sentido que le dio Aristóteles, esto es que para ser feliz hay que llevar una vida sin excesos y buscando el equilibrio.

Aunque hay personas que dicen haber alcanzado la felicidad viviendo como ermitaños, la mayoría estamos acostumbrados a vivir en sociedad, agrupados en pueblos y ciudades, por lo que en este entorno debemos alcanzar el Buen Vivir, mediante la satisfacción de las necesidades materiales e inmateriales, sin llegar a los excesos y respetando el pensar ajeno.

Los abogados, los médicos, los ingenieros, los artesanos, los economistas, los comerciantes y en general todas las personas deben ser muy dedicados al estudio de su especialidad, porque las destrezas aprendidas son importantes para lograr la satisfacción de sus necesidades.

Pero también es fundamental dedicar parte del tiempo para conocerse a uno mismo, porque esta es la clave para ser felices, al respecto el Maestro Jesús dice “Quien conoce todo pero carece de conocerse a sí mismo, carece de todo”.

Al adquirir conocimientos, y logramos conocernos a nosotros mismos, las personas damos un gran impulso evolutivo y mejoramos al Arca.

Una de las cosas más difíciles es tener la mente abierta para aceptar el conocimiento nuevo; en la historia de la humanidad muchas veces no han sido aceptados los cambios porque se perjudicaban los intereses de los grupos de poder, y se prefería mantener en la ignorancia a la población.

Debemos vivir en estado de felicidad y no pensando que es mejor sufrir porque “en la otra vida seremos compensados”.

El Dios en que yo creo no es un ser perverso que da la vida para que las personas sean infelices, esta doctrina fue implantada en los tiempos en que el Pueblo fue mantenido en la ignorancia de las leyes divinas y debía aceptar, sin poner reparos, los dogmas que impartían reyes y sacerdotes.

A estas personas sólo les interesaba lucrarse del trabajo del Pueblo y para lograr el mayor rédito lo obligaban a aceptar una vida llena de miseria y sufrimiento a cambio de la felicidad en la otra vida, después de todo, al estar muertas, las personas ya no les producían ganancias.

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