domingo, 22 de noviembre de 2015

Epílogo

Epílogo



La mayoría de las personas cuando hablamos de religión o ciencia, estamos en una situación parecida a la de los amigos ciegos que opinaban sobre la forma del elefante basados en la parte de éste que cada uno palpaba, quien tocaba la trompa decía que es como una serpiente, quien tocaba la panza aseguraba que es una muralla, para quien tocaba una pata era similar a un árbol, y quien sólo tocaba sus enormes orejas decía que era parecido a la hoja de la planta de guineo.

Por centurias, las personas procedimos igual que los amigos ciegos para opinar sobre religión o ciencia. Casi todas las personas tratamos de imponer a los demás la realidad del Universo que nuestra capacidad intelectual nos permite entender, sólo cuando nos atrevemos a “palpar” un área diferente de la ciencia o la religión, empezamos a conocer un poco más la realidad y a aceptar nuestra ignorancia.

Para hacer la crítica de un cuadro debemos verlo con la luz de la habitación encendida y no alumbrándolo con un candil, porque sólo así podremos verlo en todos sus matices y pequeños detalles.

La tecnología es una herramienta fundamental que nos ha permitido apreciar la vida de un modo más cercano a la realidad; ahora sabemos que muchos postulados religiosos no eran las fantasías de personas ignorantes.

Cada día logramos tener mayor cantidad de conocimientos, y estos son la luz que nos permite entender el cuadro de la vida. 

Los humanos nos encontramos en el nivel tecnológico actual debido al aporte de pocas personas que dedicaron su vida a estudiar y a investigar lo desconocido pese al riesgo que esto implicaba.

Muchas veces el conocimiento es deficiente para explicar satisfactoriamente todos los fenómenos de la naturaleza; y cuando nos encontramos ante acontecimientos que no entendemos, decimos que es un hecho sobrenatural o un milagro, ya que Dios puede hacer lo que quiera, aseveramos.

También solemos recurrir a negar lo sucedido; pero la explicación real e irrefutable es que por causa de nuestra ignorancia no podemos entender ciertos actos naturales.

Todo lo que ocurre en la vida es resultado de los Principios Universales o Leyes Divinas, nada ocurre por fuera de estos Principios.

Muchas veces me he preguntado, y entiendo que a muchas personas les ha pasado igual, ¿Para qué estamos en esta vida?

El cerebro de las personas ha crecido bastante en los últimos dos millones de años, sin embargo solo usamos un pequeño porcentaje de la capacidad neuronal disponible, sería una gran pena que la humanidad se extinga sin haber explorado el enorme mundo que está guardado en la capacidad cerebral aún inexplorada. ¿Qué tesoros estarán esperándonos allí?

En los últimos doscientos años hemos desarrollado tecnología insospechada por miles de años, desde que inventamos el transistor la tecnología se aceleró mucho más.

Hace cuarenta años, con mis amigos jugábamos con unas tarjetas de cartón que tenían muchas perforaciones rectangulares, los mayores nos decían que se las usaba en las computadoras del ingenio San Carlos, actualmente desde un aparato del tamaño de mi primer calculadora se puede hacer llamadas telefónicas, revisar el correo electrónico, investigar en Internet y realizar múltiples operaciones matemáticas. Con mí primer calculadora sólo podía realizar las cuatro operaciones fundamentales, sacar la raíz cuadrada y el porcentaje.

El crecimiento tecnológico no se ha detenido, por lo que el mundo que descubriremos en el futuro cercano es insospechado, sí existe, está allí, esperando que vivamos en él, sólo depende de las decisiones que tomemos ahora para que sea un paraíso o un infierno.

¿Qué es lo que hace un estudiante para aprobar las materias que tomó en un semestre determinado?

Hay quienes se ponen a leer sobre diversos temas y al momento del examen no saben lo necesario para aprobarlo; pero, hay quienes estudian en cada semestre las materias que le corresponden, y se les hace sencillo ser promovidos al próximo nivel de estudios.

Esta debe ser la actitud de las personas para enfrentar la vida, siempre subir la escalera pero un peldaño a la vez.

Aprendamos lo necesario para aprobar “el curso que tomamos” cuando nacimos en el mundo actual, vivamos pensando que lo dejaremos sin advertencia alguna, por lo tanto no nos preocupemos de cómo será la otra vida sino que disfrutemos la vida actual cuya finalidad primordial es la de aprender.

Dejemos a cada vida su propio afán, y siempre tengamos presente que “la otra vida” la viviremos únicamente en nuestros hijos y demás descendientes.

En el nivel evolutivo que estamos ya llevamos unos dos millones de años sin cambios en nuestras conductas, por lo que es urgente que subamos un peldaño más y mejoremos las prioridades que nos mueven desde que somos homínidos.

Debemos aceptar que el objeto de la vida nos es comer, tener una vivienda, vestirnos y reproducirnos, sino que estos son complementos necesarios.

El dinero es otro invento humano para facilitar la satisfacción de estas necesidades materiales importantes, por esto es que muchas personas lo acumulan a costa de todo, pero esta actitud nos tiene al borde de la extinción.

Siempre se nos enseñó que “Dios nunca cambia” y de acuerdo a lo propuesto esta metáfora es una gran verdad, pero por centurias millones de personas mantienen el mismo criterio sobre Dios, cuando éste debe modificarse a medida que aprendemos más del funcionamiento y organización del Universo.

Dios es inmutable y cada vez que adquirimos nuevos conocimientos lo entendemos mejor.

Aclaro lo dicho en los dos últimos párrafos con un ejemplo, por miles de años las personas asegurábamos que la Tierra es plana, llegamos a esta conclusión porque cuando vemos el horizonte así se la aprecia; y como veíamos que el Sol sale por un lado del horizonte y se oculta por el contrario, llegamos a la conclusión que esta estrella gira alrededor de nuestro planeta, en ambos casos nuestro escaso conocimiento nos llevó a sacar conclusiones erróneas, pero desde hace pocas centurias ya sabemos la realidad del asunto.

La forma de la Tierra y su posición en el Universo no ha variado, sino que aumentó nuestro saber, el que ahora está más ajustado a la realidad. De manera similar sucede en todos los campos del conocimiento.

La vanidad e ignorancia de algunos dirigentes religiosos los llevó a crear los dogmas para justificar su falta de entendimiento, y usaron el asesinato, el genocidio, la tortura, para imponer por centurias sus posturas totalmente alejadas de la verdad divina.

Con este libro propongo que acrecentemos nuestro nivel de pensamientos porque debemos ser responsables en el manejo de tantas herramientas que, para alcanzar el Buen Vivir, desarrollamos casi todos los días; si lo logramos tendremos muchas probabilidades a nuestro favor para sobrevivir como especie.

Pero el desarrollo tecnológico que alcancemos de nada servirá para nuestra supervivencia si no logramos el entendimiento de los Principios Universales, la aceptación que sus postulados son la “palabra de Dios”, y que la comunicación con el Alma es la vía que nos ayuda a lograrlo.

Pero si no logramos ponernos de acuerdo en las políticas necesarias para limitar el consumismo y garantizar la supervivencia de nuestra especie, hay otra alternativa que nos salvaría, esta es la de un férreo gobierno de facto con un caudillo que a la fuerza ejecute estas políticas que mediante el uso de nuestra libertad no logramos hacerlo.

Por lo tanto, si continuamos con el estilo de vida actual, para no extinguirnos es muy posible que en algún momento debamos elegir entre el uso responsable de la libertad o la esclavitud.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Todos los comentarios serán publicados, excepto los que contengan insultos