miércoles, 9 de diciembre de 2015

¿Qué es Dios?

Museo de Alabama, la esclavitud y su brutal legado.

Esta pregunta me atormentó desde muy pequeño, en el catecismo me enseñaron que Dios podía ejecutar ciertas proezas que me resultaban imposibles de creer, y ante mis preguntas, la respuesta que siempre recibía fue “para Dios nada es imposible” y no la podía aceptar, esto me llevó a buscar la respuesta, pero he tenido que acumular conocimiento por 51 años para llegar a una respuesta que me satisfaga.

Las personas siempre hemos creado dioses de acuerdo al nivel de conocimientos logrados, a los anhelos y deseos, y al grado de amor fraternal que damos, estas cualidades también determinaban los nombres que les atribuíamos.

A lo largo de nuestra historia Dios siempre fue una imagen magnificada de la persona que lo creaba, era la proyección de sus anhelos:
  • Para los guerreros era un toro, un oso, o un gigante experto en usar el arco o la lanza. 
  • Para los agricultores dios era un rio o las nubes que producen la lluvia. 
  • Para los herreros dios era un volcán, el rayo, o un gigante que maneja la forja.
  • Para los navegantes era un tiburón, un calamar, o un gigante que vivía en el fondo de océano y que provocaba las tormentas o el viento favorable.
  • Para los caudillos era un rey poderoso que desde su trono lo controlaba todo y concedía favores pero que exigía a cambio que lo adoren, que le entreguen ofrendas y que lo obedezcan incondicionalmente; quienes no obedecían eran castigadas con enfermedades, con la pérdida de los sembríos, de los barcos, de los animales o con la muerte; el dios de los caudillos tenía un ego muy grande y era iracundo.
Las personas creamos dioses a nuestra imagen y semejanza, les atribuimos nuestras virtudes y nuestras debilidades, pero magnificándolas.

Porque las personas evolucionamos constantemente, nunca lograremos concebir una explicación de Dios que satisfaga a todos y que se mantenga en el tiempo.

Dios es eterno e inmutable, pero la percepción o idea que sobre Él tengamos siempre variará de acuerdo al nivel evolutivo alcanzado.

Lo que definitivamente está mal, es que después de más de dos mil años, millones de personas sigan creyendo que Dios es el ser que un grupo de personas de Oriente Medio propusieron en el Antiguo Testamento de la Biblia, de acuerdo a sus anhelos, sus afanes, y sus temores. Debemos aceptar que en todo este tiempo algo hemos evolucionado.

La idea que tengo de Dios no es nueva, no se me ocurrió a mí, pero la adopto por ser la que llena mi ignorancia.

En los Vedas, las sagradas escrituras de la India, sobre los atributos de Dios dicen “Él es el origen de todo. Él no tiene ningún otro origen, y es la causa primaria de todas las causas” y señalan que Dios dice “Yo soy la Fuente de todo, de mí fluye la creación entera”.

En las escrituras Herméticas, originarias de Egipto, a Dios se le da el nombre del Todo y se enseña que "Más allá del Cosmos, del Tiempo, del Espacio, de todo cuanto se mueve y cambia, se encuentra la Realidad substancial, la Verdad Fundamental". Y que "El universo es una creación mental sostenida en la mente del Todo".

Como resultado del estudio y de la experiencia, he llegado a la conclusión que Dios no es un ser, sino la Causa de todo lo que hay en el Universo, el Principio Único, Supremo, Inmutable, Perfecto, Eterno, Omnipresente y Verdadero que lo genera todo.

Dios no es un Alguien, es el Causa Fundamental que crea todas las sustancias del Universo. Es la Fuente que emana todo lo que existe en el Universo. Es el Todo. 

Por lo que todos los Principios Universales son diferentes facetas del Principio o Causa Fundamental; lo aclaro con un ejemplo, la luz que vemos durante el día está formada por la combinación de siete tipos de luz o arco iris, la luz que alumbra el mundo no es cada una de los tipos de luz del arco iris por separado sino la interacción de todos ellos juntos.

Con Dios no funciona aquello de pedirle cosas, Él solamente necesita que vivamos de acuerdo a los Principios Universales, para que “obren sus milagros” a nuestro favor, pero en caso contrario jamás nos castigará.

Nunca debemos olvidar que el Principio de Causa y Efecto actúa siempre y en todos los planos universales, y lo que cada persona recibirá será de acuerdo a lo que haya dado, y a sus acciones previas.

Dios es el principio de la justicia que permite a cada persona recibir lo que le corresponde de acuerdo a su conducta previa.

Dios tiene los siguientes atributos: 
  • Es inmutable porque no cambia en los eones.
  • Es omnipresente porque está presente en todas partes y al mismo tiempo.
  • Es invisible porque sólo sabemos de Él por su manifestación.
  • Es justo porque cada persona recibe lo que le corresponde.
  • Es eterno.
  • Es la causa o fuente de todo. 
Debido a que lo principal siempre contendrá a lo secundario, todo lo que hay en el Universo emana de Dios, y fuera de Dios no puede haber substancia alguna. 

Saberse hijo de Dios es la causa del espíritu que es el sentimiento que une a todos los seres del Universo.

Los Principios Universales son ineludibles para todos los seres del Universo.

Entonces ahora sí puedo decir, sin temor a equivocarme que gracias a Dios: fueron creados los planetas, el sol, las plantas, los animales y las personas. 

Gracias a Dios las hormigas se organizan en sociedades que funcionan armónicamente.

Gracias a Dios si se desprende una hoja de un mangle en la mitad del Golfo de Guayaquil esta caerá al suelo y servirá de alimento para un cangrejo.

Gracias a Dios el Sol mantiene unidos a los planetas del sistema solar.

Y continúan millones de ejemplos que demuestran que gracias a Dios el Universo funciona armónicamente.

Todas las sustancias del Universo somos pensamientos de ese Dios creador.

Todas las herramientas inventadas y todas las actividades realizadas, primero fueron pensamientos, esto es que primero aparecen los pensamientos y luego estos se convierten en cosas o en actos ejecutados.

Por esto, insisto, en que debemos ser muy cuidadosos con lo que pensamos, porque nuestros pensamientos siempre se convertirán en cosas o situaciones que nos pueden perjudicar, pero que también nos pueden resultar de beneficio. 

Lo que pensamos influye directamente en nuestra vida.

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