viernes, 2 de septiembre de 2016

Extinciones 1


Antes de la era de los dinosaurios, durante el periodo Pérmico, la Tierra contaba con una variada fauna marina, fluvial, lacustre y terrestre; este periodo duró unos cincuenta millones de años y terminó por una extinción masiva que fue la más drástica que hemos soportado los seres vivos, se cree que se extinguieron el 95% de las especies animales.

Los pocos animales sobrevivientes fueron desarrollándose, hasta que hace unos doscientos cuarenta millones de años ya eran dinosaurios y mamíferos, ambos muy pequeños, pero como los primeros se impusieron y crecieron hasta dominar el planeta, los segundos se vieron forzados a reducir su tamaño para sobrevivir en madrigueras y entre la hojarasca, alimentándose de insectos y vegetales, esta situación duró unos ciento sesenta y cinco millones de años, hasta que la mayoría de los dinosaurios que dominaban el planeta se extinguieron, logrando sobrevivir algunos de los más pequeños, que muy probablemente estén entre nosotros con la forma de aves.

En la naturaleza siempre que un depredador desaparece otro pasa a ocupar su lugar -lo mismo sucede en la política- por lo que, cuando los grandes dinosaurios ya no estaban, los pequeños mamíferos se convirtieron en los nuevos dueños del planeta; se diversificaron en miles de especies que se adaptaron a todos los climas de la Tierra, inclusive varias familias de mamíferos regresaron a vivir al mar, los cetáceos; otra conquistó el aire, los murciélagos.

La extinción de la mayoría de los dinosaurios permitió que los mamíferos se desarrollen, esta desgracia global para un reinado que duró ciento sesenta y cinco millones de años, aunque le resulte difícil de aceptarlo, no le es ajena, porque permitió que Usted esté ahora leyendo este libro.

No es mi propósito analizar las causas de las dos grandes extinciones descritas, lo que pretendo es hacer notar que al menos por dos ocasiones desaparecieron sociedades muy complejas de cientos de miles de especies de animales que dominaron el planeta por millones de años. En ambas ocasiones sólo sobrevivieron las especies que estaban mejor preparadas para enfrentar la crisis.

En el actual periodo geológico pasamos de ser animales arborícolas a personas, y es conocido como Cuaternario, se cree que tiene unos dos millones seiscientos mil años; en este periodo se han extinguido miles de especies mamíferos y varios miembros del género Homo.

Debo remarcar que los cambios climáticos son constantes, por lo tanto, las condiciones para que se den nuevas extinciones masivas se mantienen; pero al igual que los dinosaurios y sus antecesores, no estamos preparados para enfrentar las crisis que nos llevarían a la extinción.

Con lo hasta aquí reseñado puedo aseverar que todos los animales y las plantas que poblamos la Tierra estamos emparentados, toda la fauna y flora terrestre se originó a partir de organismos simples que mientras se esforzaban por sobrevivir se convertían en seres cada vez más complejos y diversos.

Si analizamos más profundamente vemos que todas las sustancias del Universo se originan del mismo tipo de partículas subatómicas, por lo que una roca, un ave, un reptil, una planta, las personas, etc., están formados por las mismas sustancias fundamentales; cuando morimos nos desintegramos en estas sustancias y volamos por el Universo para en algún momento volver a ser parte de una nueva roca, ave, reptil, planta, persona, planeta, río, nube, insecto, etc.

Algunas religiones a este acto de desintegrarnos en partículas subatómicas lo denominan “volver al Padre” o “hacernos uno con el Todo” o “volver a la Fuente”.

La ley de conservación de la materia dice que “En una reacción química ordinaria la masa permanece constante, es decir, la masa consumida de los reactivos es igual a la masa obtenida de los productos”.

La ley de la conservación de la energía señala que “La cantidad total de energía en cualquier sistema físico aislado permanece invariable con el tiempo”, aunque dicha energía puede transformarse. La energía no puede crearse ni destruirse, sólo cambia de forma.

Algunas personas se basan en la Ley de la Conservación de la Energía para erróneamente concluir que somos eternos, y dicen que cuando morimos queda el Alma que es energía.

Pero ya sabemos que ni la energía ni la materia se crean o se destruyen, sino que sólo cambian de estado. Cuando morimos perdemos la capacidad pensante y todo termina, las sustancias básicas que nos conformaron en algún momento volverán a ser parte constitutiva de cualquier otra sustancia en cualquier sitio del Universo.

Nuestra presencia como especie dominante, en esta gran bola de gas condensado, no es algo seguro. Como Homo sapiens apenas tenemos unos dos millones de años, pero ya estamos en grave peligro de extinguirnos. Somos una especie frágil, nos hemos desarrollado en un hábitat muy complejo, por lo que nuestra supervivencia depende de muchas variables.

Si se extinguieran las abejas o las hormigas no sobreviviríamos por mucho tiempo, nos extinguiríamos. En ciertas zonas de China las abejas desaparecieron por la excesiva fumigación y los agricultores tienen graves problemas porque no hay polinización.

La posibilidad de extinción por envenenar el planeta la podemos controlar, y estamos advertidos sobre este grave problema desde hace varias décadas.

De muchacho recuerdo que mi amigo Eduardo Estada conversaba que su papá trabajaba cuidando criaderos de insectos que usaban para combatir ciertas plagas de la caña de azúcar, con esto bajaban el uso de químicos. Ya de adulto, cuando iba a trabajar a varias bananeras veía que no matan a las avispas, y les acondicionan sitios para que ellas construyan sus casas, porque combaten al “caterpilar” y otras plagas.

Los chapuletes y los cocodrilos existen desde antes que los dinosaurios, esto es ser verdaderas especies exitosas, haber sobrevivido a varias extinciones.

Si revienta el súper volcán de Yellowstone, en los EEUU, por la ceniza que emanaría hacia la atmósfera, la Tierra no recibiría los rayos solares por varios años y las plantas morirían, y con ellas los animales herbívoros y los carnívoros, esto nos pondría al borde la extinción, sólo es cuestión de tiempo para que ocurra este evento que es inevitable, el  Yellowstone ya ha reventado anteriormente.


Actualmente están identificados súper volcanes en Argentina, Chile, Bolivia, Nueva Zelanda, Japón, Indonesia y en Italia. También hay más de mil asteroides medianos que podrían caer sobre nosotros en el actual siglo; y varios asteroides grandes. 

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