domingo, 29 de noviembre de 2015

La ley divina (2)

La ley divina (2)


Todas las substancias son el resultado de la interacción de partículas subatómicas elementales, por lo tanto, los animales, las plantas, las rocas, el agua, los gases, llevan asociado esencialmente un campo energético, pero no siempre este campo es un Alma, más adelante lo explico.

En todos los animales, incluidas las personas, el cerebro recibe la información que captan los sentidos en forma de energía eléctrica; de la misma manera, el cerebro, envía la información a los diferentes órganos; cuando late el corazón emite una descarga eléctrica, los brazos, los pulmones se mueven porque el cerebro emitió una orden mediante una descarga eléctrica.

Una de las leyes de la electricidad dice que todo campo eléctrico genera un campo magnético, y éste vuelve a generar un nuevo campo eléctrico, y así sucesivamente.

En la naturaleza, los tiburones martillo detectan a sus presas que están escondidas bajo varios centímetros de arena por los campos energéticos que estas generan; algunas especias de anguilas generan campos eléctricos que paralizan a sus presas; cuando se detiene el corazón de las personas, se lo reactiva mediante descargas eléctricas.  

El Principio de Vibración cuya presentación científica es la ecuación E=MC2 funciona en todos los seres o sustancias del Universo y en todos sus planos o niveles de vida y tiene varías consecuencias, citaré algunas:

  • Energía y materia son dos manifestaciones de las partículas fundamentales, y la diferencia en su apariencia es debido al grado de vibración de dichas partículas.
  • Energía y materia son las partes constitutivas de un solo ente.
  • Todas las substancias vibran, no hay substancia inmóvil.
  • La energía contenida en el Universo es constante, no se puede crear más energía y tampoco se la puede destruir, sólo cambia de forma de acuerdo al grado de vibración. Esto también es válido para la masa contenida en el Universo.
  • Un objeto con poca masa contiene una gran cantidad de energía.
  • Todas las substancias tienen ciertas características que las hacen obrar de manera similar, aunque difieran en tamaño, por lo tanto hay similitud entre la manera en que se comporta un átomo y el sistema solar, o un tigre y un ratón o las personas. Este es el Principio de Correspondencia.
  • Todas las substancias del Universo se mueven de acuerdo a un ritmo determinado por su grado de vibración, este ritmo está compuesto por ciclos que van desde un extremo máximo positivo a un extremo máximo negativo, y son de la misma amplitud. Este es el Principio de Ritmo.
  • Debido a que todas las substancias existen o permanecen en un ritmo cíclico constante, se puede decir que comparten características o géneros totalmente antagónicos o extremos, pero de igual naturaleza, y que sólo difieren en grado de acuerdo al instante en que se encuentre el ciclo. Esto es conocido como Principio de Género y es la causa de la continuidad de la vida. 
  • Hay substancias que aparentemente son opuestas, pero en realidad son manifestaciones de un mismo fenómeno, son de la misma naturaleza pero que están en extremos opuestos de la escala de vibración. Este es el Principio de Polaridad.
  • Para explicar la siguiente consecuencia del principio de Vibración me basaré en el Principio de Correspondencia y usaré la Tercera Ley de Newton, que es válida para los cuerpos que se mueven muy por debajo de la velocidad de la luz, y determina que “Cada vez que un objeto ejerce una fuerza sobre otro, éste ejercerá una fuerza de igual magnitud y dirección opuesta sobre el primero”. De manera generalizada para todas las substancias del Universo decimos que “A cada acción siempre le corresponderá una reacción de igual naturaleza”, lo que provoca que cada persona recibe lo que le corresponde según sus actos previos. Se lo conoce como Principio de Causa y Efecto. 
  • Para explicar porque el Principio de Causa y Efecto es consecuencia del Principio de Vibración usaré el siguiente ejemplo: cuando una persona desea o causa un daño a otra lo que realmente sucede es que está modificando el Ritmo natural de su víctima (este ritmo es consecuencia de su grado de vibración) pero la Justicia Divina, presente bajo el Principio de Causa y Efecto, actúa y restablece la armonía y la víctima retoma su Ritmo natural, entonces ese desfase momentáneo del ciclo del ritmo cae sobre su causante; si el desfase provocado no es para causar daño sino para ayudar a la otra persona, resultará que ese desfase benéfico también caerá sobre el causante.
En el plano físico, las personas, desde hace varios siglos aprendimos que usando el fuego podíamos derretir los metales para confeccionar lanzas, arados, o vasijas, etc.; lo que realmente hacíamos es aumentar la vibración de las moléculas de los metales, que en la naturaleza están en estado sólido, para que se tornen líquidos y darles la forma de los artefactos que necesitábamos.

Sin la muerte no hubiera la vida como la conocemos porque no habría la evolución que permite que las especies mejores adaptadas sobrevivan, por lo que éstas siempre están en una continua búsqueda de la perfección.

En el plano emocional la sabiduría popular dice “después del odio viene el amor”, por lo que personas que se odian, aparentemente de manera irreconciliable, pueden llegar a entenderse o inclusive a amarse.

El amor y el odio son emociones que sólo están separadas por el nivel de vibración, por lo tanto, sí es posible que las personas de diferentes nacionalidades o de diferentes religiones se lleguen a entender y a vivir en armonía. Esto es el amor fraternal.

En los líquidos y los sólidos la energía está altamente condensada por su bajo nivel de vibración, esto es fácil de notar; por ejemplo si quemamos un pedazo de madera generará mucho calor, tanto que un palito de fósforo nos quemará hasta hacernos llagas; o con apenas un litro de gasolina podemos mover un vehículo que pesa varias toneladas.


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