viernes, 18 de diciembre de 2015

Los Maestros de la ley

¿Son dioses: Mahoma, Hermes, Moisés, Zaratustra, Manu, Jesús el Cristo, Siddharta Gautama el Buda, Lao Tse, Manco Cápac y Mama Ocllo, Aristóteles, Akhenatón, Obatalá, Quetzalcóatl, Deganawida?.



En el Universo hay seres en diferentes niveles de evolución, muchos están por debajo de nosotros pero también hay sociedades con un nivel evolutivo superior al de la humanidad.

Muchos científicos han teorizado que hay otras dimensiones e inclusive otros Universos, yo comparto este criterio, por lo que los otros seres están muy cerca pero a la vez demasiado lejos, porque están en otro nivel de vibración.

Si es posible que haya seres viviendo en otras dimensiones y compartiendo nuestro Universo. Hay personas que si pueden captar algunas de esas vibraciones y ven a los seres de esos otros mundos o dimensiones.

Para que esto se entienda usaré el siguiente ejemplo: La empresa proveedora de televisión por cable utiliza un solo conductor donde viaja la señal de decenas de canales de televisión, de música, la señal telefónica y del Internet, y ninguna de estas señales se mezcla con las demás porque están en distintos niveles de frecuencia.

Entre las personas hay diferente nivel evolutivo debido a la cantidad de conocimientos adquiridos. Y en la Tierra hay seres con grado de evolución diferente al promedio de los humanos.

En el nivel evolutivo que nos encontramos tenemos la tendencia de considerar como dioses a nuestros hermanos que están adelantados en evolución, esto lo debemos superar, por lo tanto, la respuesta a la pregunta con que comenzamos este subcapítulo es: No son dioses, sino seres que alcanzaron un nivel de conciencia elevado que les permitió ser mensajeros de los Principios Universales y Maestros de la humanidad; su mensaje siempre fue trasmitido en un leguaje que podía ser entendido por la mayoría de las personas.

Las Corporaciones que se atribuyen la representación de Dios en la Tierra y que en la práctica se desempeñan como Franquicias Divinas, por cientos de años ocultaron el verdadero mensaje de los Maestros de la Ley Divina y sólo trasmitían lo que era de su conveniencia, esto es que los textos sagrados los interpretaban de acuerdo a su interés corporativo.

Tan ignorantes éramos que se enseñaba doctrina totalmente contradictoria, o la conducta de muchos representantes de dichas Corporaciones era contradictoria con su prédica. En muchos países esto todavía se da.

Se enseñaba que Dios es amor, pero si te portas mal Dios te envía enfermedades, la peste, inundaciones, terremotos, rayos, destruye tus sembríos y cuando mueres te manda al infierno por la eternidad; más perverso no se puede ser, que hasta después de muerto te castiga.

Por centurias nos obligaban a aceptar que “portarse mal” es no obedecer a los miembros de estas Corporaciones en lo concerniente al pago de diezmos, al trabajo gratuito, a la confesión de los pecados, y todo lo demás que se les podía ocurrir.

Está aceptado que la información es poder y quien conoce información privilegiada tiene enorme poder.

Quienes dirigían las “franquicias divinas” fueron personas inteligentes, inventaron la figura de la “confesión de los pecados”; imagínese el poder que tenía el delegado Corporativo en los pueblos pequeños, quien por la confesión de los pecados conocía las debilidades, deseos y ambiciones del alcalde, del carnicero, de la esposa del gendarme, de la maestra, etc.; en las grandes ciudades este poder era aún mayor, ya que el “temor a Dios” estaba tan arraigado que los generales, los burócratas, los príncipes, sus esposas y sus amantes, todos confesaban sus pecados.

No pocas veces se escucha debatir sobre si ¿El Maestro Jesús fue soltero o se casó con María Magdalena y tuvo hijos? o si ¿El Maestro Jesús es Dios?

El primer tema es importante únicamente desde el punto de vista histórico.



El segundo tema es promovido por quienes se lucran de publicitar que son los representantes de Dios en la Tierra, y para no entrar en controversias con las otras religiones que tienen millones de seguidores, se inventaron a un nuevo dios, y aseguran que tienen la franquicia exclusiva del Maestro Jesús para salvar almas.

Pero realmente ambos temas en nada aportan al progreso espiritual y supervivencia de la humanidad, que es la misión que vino a cumplir el Maestro Jesús.

Estoy convencido que el mensaje del Maestro Jesús debe ser leído bajo el principio del servicio a los demás, su labor fue para que seamos mejores personas.

Es un error asumir que su presencia en la Tierra fue para que lo adoremos, esto es una metáfora donde el verbo adorar no debe ser tomado como “inclinarse sumisamente”, sino como “vivamos bajo la Ley de Dios”.

Su doctrina está centrada en el Amor y no en la venganza, esto queda patente cuando nos dice que dejemos a un lado la Ley del Talión y que perdonemos a nuestros enemigos.

El Maestro Jesús nos enseña sobre los principios de la Ley Divina cuando nos dice: “Les aseguro que yo, el Hijo de Dios, no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Sólo hago lo que veo que hace Dios, mi Padre. Él me ama y me muestra todo lo que hace”. Aquí deja bien en claro que él no es Dios sino sólo un conocedor de su Ley, y que su misión es enseñarnos la Verdad.

Y lo ratifica, y va más allá cuando declara: “En verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre”.

En esta sentencia el Maestro Jesús nos dice que todas las personas podemos conocer la Ley Divina, que todas las personas podemos ser como él, que esto no es exclusividad de una nación o de una casta, específicas.

Cuando declara: “Si ustedes permanecen en mi palabra, serán mis discípulos verdaderos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”. Nos habla sobre la única manera para alcanzar la libertad verdadera, se basa en dos actos:

     Uno, conociendo la Ley Divina porque esta es la única verdad.

     Dos, viviendo bajo los mandatos de dicha Ley.

Está claro que de nada nos sirve conocer la Ley si no vivimos bajo sus preceptos.

Hace cientos de años nuestro entendimiento era muy limitado, por lo que, al igual que los niños en primer grado de la escuela básica, éramos instruidos con palabras sencillas, pero debemos aceptar que hace rato terminamos la primaria de la vida, por lo que las verdades que en la antigüedad nos enseñaron en sentido figurado, ya deben ser trasmitidas y estudiadas en un sentido más real.

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