miércoles, 16 de diciembre de 2015

Tecnología versus civilización

Tecnología versus civilización


El desarrollo tecnológico del hombre actual muchas veces se lo confunde con el desarrollo de la civilización, considero que esto es un error y lo aclaro con un ejemplo, desde una computadora un General “del primer mundo” ordena el disparo de un misil y el asesinato de miles de personas, esto nada tiene de civilizado pese a que el militar utilizó la última tecnología.

Nos calificamos como la especie de mayor éxito en la historia de la Tierra porque nuestras naves viajan más allá de Júpiter, o porque podemos determinar la temperatura de estrellas a las que nunca llegaremos, pero apenas hace unos cuatro millones de años éramos simiescos y ya estamos muy cerca de extinguirnos.

Las libélulas, los cocodrilos y las amebas no tienen desarrollo tecnológico pero están en la Tierra desde hace más de 100 millones de años, esto sí es verdadero éxito.

El desarrollo de la tecnología es fundamental en la vida de las personas.

La tecnología hizo posible que un pequeño grupo de mercenarios españoles conquisten varios imperios amerindios que contaban con decenas de miles de soldados; también permitió el auge del imperio romano y la caída del imperio egipcio.

Así mismo, la tecnología, logró el desarrollo de las vacunas que salvan millones de vidas.

La tecnología no es buena ni mala, es lo que las personas deseemos que sea, y la característica de este deseo determina el grado de civilización de una sociedad.

La vida apareció en la Tierra cuando se dieron las circunstancias físicas, biológicas y ambientales que lo hicieron posible, y se desarrolló de acuerdo a estas circunstancias, por esto es que hubo un tiempo donde las plantas y los insectos eran gigantes, y ahora son del tamaño que conocemos, esto debido a la cantidad de oxígeno en la atmósfera.

La Tierra al igual que todas las sustancias del Universo tiene un ciclo de nacimiento, desarrollo y muerte, por esto es que las personas deberíamos usar la tecnología para prepararnos para en algún momento abandonar el planeta.

Lo que conocemos como “muerte” no es el final, sino que, de acuerdo a lo que vimos en el Subcapítulo “las extinciones” la energía y la materia no se crean ni se destruyen sino que sólo hay un cambio de estado.

La supervivencia de la especie es un instinto que nos permitió lograr desarrollo tecnológico, pero este afán por sobrevivir en muchas personas está apagado porque creen en las promesas de una vida feliz en el cielo, pero si obedecemos al Caudillo religioso de turno.

Miremos a la Tierra como una nave que continuamente se va haciendo obsoleta, y más rápido a partir de la Revolución Industrial, pero aunque fuésemos los seres más ecológicos del Universo, nuestra Nave tiene fecha de caducidad.

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